Capitulo 5: El concurso

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Capitulo 5: El concurso

¡Abuelo abuela, nunca adivinaran lo que paso hoy en la escuela!- Grito Arnold mientras entraba a la casa de huéspedes donde vivía, cuando entro la horda de perros de su abuela liderada por el cerdo mascota de Arnold salieron corriendo hacia la calle.

-¿Qué ocurre Kimba?- Pregunto su abuela desde la cocina, llevaba puesta su ropa de siempre un vestido verde muy simple, y un delantal blanco para la cocina, el cabello cano recogido en un peinado de cebolla que para variar se encontraba cubierto por un sombrero vaquero, tal ves por que cocinaba chile con carne para la cena del día.

-Es algo que dijo el Sr. Simmons hoy en clase- decía aceleradamente Arnold mientras corría a toda velocidad por el pasillo principal, hacia la cocina, tan rápido que no reparo en la presencia del Sr. Hyunh y casi tropieza con el mientras este se encontraba al teléfono, bien se hablando con su hija Mai o con su jefe en el restaurante. Afortunadamente Arnold logro esquivarlo al último momento.

-¿Y que fue eso que te emociono tanto muchacho?- Pregunto su abuelo también en la cocina mientras se preparaba un emparedado. El abuelo se encontraba al igual que su esposa vestido con su ropa típica; unos pantalones cafés con tirantes rojos, y una camisa blanca de manga corta. Su rostro inconfundible para quien sea que lo conociera resaltaba por su prominente barbilla partida y la anormal forma de su nuca que parecía tener un chichón permanente sobre ella.

Arnold al fin llego a la cocina, la cual lucia como de costumbre con un papel tapis verde pálido, además de deteriorado por el tiempo, manchado por quien sabe que cosas, y un tanto despegado en las esquinas por la humedad de los vapores que suele haber en la cocina. El niño que ahora estaba en 5° grado comenzó a contar las nuevas noticias.

-Verán, hoy durante la clase el Sr. Simmons nos recordó que pronto, dos semanas en realidad se realizara a nivel estatal un concurso de ensayos. El tema es libre y el profesor nos pidió a toda la clase que participemos. Pero lo importante es que el primer premio es un viaje para la clase a cualquier lugar de el mundo que elija el ganador.- En ese momento las miradas del abuelo Phil y la abuela se cruzaron y por un segundo en un esto que solo ellos entendieron se reflejo preocupación-Esto significa que si gano podre elegir a donde ir. ¿Saben lo que significa?

-Pues que podrás visitar la bola de estambre mas grande del país – Contesto el abuelo en su clásico tono jocoso

-¡Que podría ir a San Lorenzo! - Contesto Arnold, casi sin prestar atención a la broma de su abuelo- ¡Podría usar el mapa del diario y encontrar a mis padres¡- seguía diciendo Arnold mas absorto en si mismo que en la charla con sus abuelos

-Oye Arnold… - El abuelo quiso encontrar las palabras para decirle que su empresa no tenia sentido, no solo resultaba poco probable que Arnold ganara el concurso, mas improbable resultaba que sus padres siguieran vivos en algún lugar y que este los encontrara, pero no las hayo- ¡Pues que esperas¡ no seria ya tiempo de que escribieras ese ensayo.

-¡Claro! Ya mismo lo hare- Dijo Arnold aun mas emocionado que antes

El joven cabeza de balón salió disparado hacia su aviación, tan rápido que no nota la presencia de un hombre alto con gabardina oscura y sombrero de bombín. El Sr. Smith se detuvo un momento en el portal de la puerta, dirigió una mirada fría al abuelo y dijo con voz profunda “el pago del mes lo tendré la semana próxima” y camino a su habitación sin dar tiempo al abuelo de responderle.

El abuelo apenas presto atención al Sr. Smith pues intercambiaba miradas de preocupación con su mujer, la abuela fue la primera en romper el silencio.

-¿Qué aremos Phil? Arnold solo se deprimirá si esto no resulta como el lo desea, y sabes que es difícil que las cosas resulten de ese modo.

-No lo se galletita, Arnold suele ser mas sensato, entusiasta pero sensato, pero con el tema de sus padres siempre a sido diferente. Supongo que lo mejor es simplemente dejar que haga el ensayo, después de todo realmente es difícil que resulte ganador, y si logra hacerlo no podremos hacer más que apoyarlo.

El abuelo y la abuela siguieron cayados por un tiempo, pero después de que la cacerola exploto dejando trozos de carne por toda la cocina, parecieron recuperar su humor habitual.

Arnold entro en su habitación, la cual era la mas lujosa de la casa de huéspedes, decorada como el departamento ideal de un soltero con un sofá que se metía en los muros para hacer espacio, sistema de sonido integrado en los muros, y una cama que quedaba justo debajo de los tragaluces del techo, por lo que de noche se podía apreciar el cielo nocturno. Estaba más emocionado que nunca, tomo el control remoto y prendió las luces, el estéreo y la PC.

Sentado en su escritorio y aun a pesar de su entusiasmo no se le ocurría que podría escribir que fuese lo suficientemente bueno para ganar el concurso, era la oportunidad de su vida y no tenia una segunda, lo que escribiese debía ser impactante e interesante, sin llegar a ser demasiado personal, pues no podía perder la formalidad del ensayo. Pero luego de unos minutos al fin una idea se formo dentro de su cabeza, recordó que en su vecindario y en la gente que vivía en el tenían una gran cantidad de historias, las que en conjunto bien podían dar como resultado una visión general de la vida en “las pequeñas ciudades” a si pues el concepto para el ensayo de Arnold era exponer una opinión sobre los eventos mas destacados de su barrio, cosas como la campaña del Sr. Green (el carnicero) para ser representante del barrio serian perfectos para escribir .

Con as ideas claras en su mente, por fin se puso a trabajar, nunca había estado tan interesado en que un trabajo saliera tan bien, y a pesar de que sabia que el Sr. Simmons le pidió a toda la clase que escribiese un ensayo nunca imagino que había otra persona que se estuviera esforzando tanto como el, y además a solo unas cuantas calles de donde el se encontraba.



En una casa de tamaño moderado, de dos pisos, y con una bonita decoración de plantas exóticas de muchos tonos de verdes pero sin flores, salvo por un árbol de cerezos, dentro de su habitación se encontraba Phoebe se encontraba al igual que Arnold trabajando en su ensayo. Su habitación, tenía una clara decoración oriental, pues la familia Heyerdahl era de descendencia japonesa por parte de su padre, en las paredes había colgadas unas cuantas pinturas con estilizados trazos de tinta china, el buro al lado de la cama estaba decorado con un pequeño bonsái. Recostada en la cama, y apoyada sobre sus codos para poder escribir Phoebe pensaba como continuar su ensayo, el cual con motivo de que el premio era un viaje decidió dedicar a la historia de los medios de transportes, desde primitivas carretas a caballo a potentes jets trasatlánticos. Pero tenia algunos problemas para pasar de manera coherente de los medios acuáticos a los medios aéreos. Durante ese pequeño lapso empezó a divagar un poco y a pensar sobre que era exactamente lo que ocurría si el plan de Helga tenia éxito, ella deseaba que a si fuera y por tanto quería escribir el mejor ensayo de su vida, pero al mismo tiempo sabia que de tener excito embarcaría a Arnold en una aventura muy riesgosa que además tenia pocas posibilidades de excito.

Por fin después de su corta divagación su mente se aclaro y encontró como continuar su ensayo, que con riesgo de que sonara pretensión creía que era digno de ganar el concurso.



Luego de una rigurosa semana en la que Arnold se dedico a el ensayo como nunca se había dedicado a cualquier cosa (algo notable tomando en cuenta que Arnold era ya de por si un niño muy trabajador y persistente) por fin termino su ensayo. Y llego el momento de entregárselo al Sr. Simmons para que el lo mandara al concurso. Se encontraba en el salón de clases poco antes de que la misma empezara

-Hey Arni ¿Terminaste tu ensayo?- Pregunto Gerald apenas entro al aula.- yo apenas logre terminar el mío anoche aunque no creo que sea algo destacable.

- Si lo termine, Tarde mucho pero creo que tengo buenas posibilidades, creo que con suerte podría ir a San Lorenzo.-Dijo el cabeza de balón en tono entusiasmado.

-Sigues con eso viejo, realmente no creo que sea una buena idea ¿Sabes?- Respondió Gerald, preocupado pero sin darle demasiada importancia, Arnold había tomado su decisión hace mucho y sabia que cuando a su amigo se le metía una idea en la cabeza no la abandonaba- Si alguien de la clase gana podrías tomar una buenas vacaciones en algún lugar exótico.

-San Lorenzo s un lugar exótico- Agrego Arnold cuando ambos amigos comenzaron a reír.

Siguieron charlando un tiempo hasta que llego el resto de la clase y por ultimo el Sr, Simmons que no menciono el concurso hasta el final de la clase y les dijo que la próxima semana se anunciarían los ensayos que pasaran al concurso estatal, Todos se levantaban para irse y entregar el ensayo en el escritorio antes de partir, Arnold vio los ensayos y noto que solo el montón de hojas de Phoebe era tan grueso como el suyo, pero no le tomo importancia Phoebe era la chica mas lista de la clase y siempre presentaba trabajos enormes.

El resto de la semana Arnold trato de pensar lo menos posible en el concurso, pero simplemente no podía, Gerald intento de todo para que pensara en otras cosas, lo llevo a las cajas de bateo y a jugar en el “campo Gerald” (un terreno baldío que la clase había convertido en un campo de béisbol) pero nada funcionaba, después de un tiempo Gerald se rindió y decidió que lo mejor era esperar a que el Sr. Simmons anunciase que ensayos irían al concurso.

Finalmente luego de una semana, la clase entro antro al aula, aunque eran pocos los que realmente estaban interesados en el concurso Harold por ejemplo entrego una hoja manchada de chocolate y que además era la transcripción de la contraportada de un libro de recetas, en esa ocasión el Sr. Simmons estaba muy emocionado también, y decidió hacer el enuncio al inicio de la clase.

-Chicos, me alegra mucho anunciar que ya me mandaron los resultados de la fase preliminar del concurso de ensayos, y más me alegra decir que de los tres elegidos de esta escuela dos pertenecen a esta clase, lo que es muy especial.- la clase entera se sorprendió mucho pues la mayoría no sabía que había quienes se tomaron el concurso en serio, Arnold le dirigió una mirada emocionada a Gerald y Helga le envió una mirada severa a Phoebe. –los que pasaron a la etapa estatal y final del concurso son Phoebe y Arnold, sus ensayos serán revisados por jueces especializados y se llevara a cabo una ceremonia en el centro de la ciudad para elegir a los tres primeros lugares.

Tanto Arnold como Phoebe tenían la boca abierta, Arnold se había imaginado muchas veces al profesor anunciando que su ensayo pasaba las preliminares, pero ni a si estuvo listo cuando el Sr. Simmons anuncio a los participantes, el otro finalista que pertenecía a la publica 118 era un chico de sexto grada al cual Arnold no conocía, Phoebe por otro lado era bien sabido por Arnold que su ensayo debía de ser excelente, y que si en su propia escuela había alguien que le pudiese ganar en el concurso era ella, aun así no pudo evitar sentirse feliz por ella, cuando pasando la conmoción inicial mostro una gran sonrisa y se puso rápidamente a hablar con Helga de cosas que Arnold no escuchaba.

Al finalizar la clase el Sr. Simmons felicito Arnold y Phoebe y se fue muy alegre, casi tanto como sus dos alumnos. La siguiente semana fue aún más difícil de aguantar que la anterior, y para Arnold resulto muy difícil aguantar hacer su rutina común, sentía ganas de gritar por los nervios, pero finalmente llego el día.



Era un día caluroso en el centro de la ciudad y Arnold y Phoebe y el choco de sexto grado estaban acompañados por El Sr. Simmons y el director Wartz, tan regordete y calvo como siempre, parecía estar lleno de orgullo de que tres chicos de su escuela estuvieran en el concurso. Se encontraban dentro de un gran auditoria, sentados en las primeras filas, Arnold estaba casi fuera de si de la emoción, pero lograba disimularlo muy bien por otro lado Phoebe se encontraba con la vista fija en la mesa de los jueces. Luego de una larga y tediosa ceremonia de presentación, el presentador del evento dio una breve reseña de todos los ensayos que estaban concursando, y finalmente paso el micrófono a los tres jueces, El que estaba sentado en medio, un tipo alto, con cabello cano muy bien peinado y gafas angostas y rectangulares inicio a hablar con voz pesada y profunda.

-Bien, todos los ensayos son realmente muy buenos, pero naturalmente y dada la naturaleza del evento solo se seleccionaran tres, y como se recordara los premios son; para el tercer lugar es un diploma de reconocimiento, para el segundo igualmente un diploma y una computadora portátil, y finalmente para el primer lugar un viaje con duración de cinco días para la clase del alumno ganador a cualquier lugar del mundo de su elección. Sin más preámbulo el ganador del tercer lugar es Frederik Hoyle, de la pública 125.

Un chico alto de cabello castaño y mirada huraña para su edad que parecía de quinto o sexto grado se levantó y fue al estrado, parecía un tanto decepcionado, recibió su diploma y regreso a su asiento.

-El segundo lugar es para Arnold…- el micrófono fallo y se escuchó un fuerte chillido de estática, pero se solucionó rápidamente- … De la publica 118.

En ese momento Arnold se sintió terriblemente decepcionado y triste, más triste que nunca en su vida, no quería hacer otra cosa que irse a casa, pero el Sr. Simmons le dio un pequeño empujón para que fuera al estrado, el profesor creía que Arnold solo se encontraba muy atónito, el chico se levantó y fue a recibir su premio, intentando fingir una sonrisa, tomo su diploma y la un comprobante que aseguraba que la computadora portátil llegaría en corto a su casa. Finalmente regreso a su asiento y se quedó cabizbajo.

-Finalmente la ganadora del concurso es Phoebe Heyerdahl también de la pública 118.

Phoebe se levantó con una gran sonrisa y casi corrió al estrado. Arnold levanto la mirada bastante feliz por ella, y pensó que al menos podría ir al lugar que ella eligiera.

-Bien ¿A dónde llevaras a tu clase?- cuestiono el presentador del evento con una gran sonrisa.

-A San Lorenzo en Sudamérica- Respondió Phoebe con una gran sonrisa en el rostro- siempre he querido visitar un lugar tan hermoso.

Arnold se quedó atónito no dejaba de ver al estrado justo donde se encontraba su compañera, y poco a poco comprendía lo que acababa de pasar, y volvía a el un gran entusiasmo.

Capitulo 4: Ensayo con destino a San Lorenzo

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Ensayo con destino a San Lorenzo
Phoebe, se dirigía hacia la casa de Helga donde tendría que contar todo lo escucho durante la conversación de Arnold y Gerald. Le resultaba difícil el echo de tener que explicárselo a Helga sin que ella creyera que todo fuese falso, después de todo la historia era sorprendente.
El vecindario esta tan deslucido como de costumbre y a la vez era un ambiente acogedor para todos los habitantes. Phoebe dejo atrás la carnicería del Sr. Green y la florería de la Sra. Vitelo, que aunque antiguas resaltaban en el lugar pues eran un punto de referencia para todos, todos y cada uno de los niños y adultos del viejo vecindario conocían esos lugares.
Phoebe llego a la casa de Helga poco antes de la cena, la casa de Helga era grande, no podía ser de otra forma pues a su padre le gustaba presumir, era de un color azul un tanto mas fuerte que el del cielo, con unas ventanas de casi el tamaño de la puerta. Phoebe toco el timbre y al poco tiempo abrió la puerta la madre de Helga.
Como de costumbre “Miriam” tenia una apariencia somnolienta y desalineada, y hablaba con un aire de de cansancio que pocas veces se alejaba de su voz, vestida con un largo y simple vestido color purpura claro y de cabello rubio que le quedaba a poca distancia de los hombros.
-oh eres tu Phoebe, pasa por, favor Helga esta en su habitación.
Phoebe, entro a la casa, como siempre la misma estaba impecable. Con tonalidades moradas en las paredes, el pasillo principal tenia dos direcciones a la izquierda daba hacia la sala donde “Big Bob” el padre de Helga se encontraba viendo un partido de football americano, el mismo n siquiera se dio cuenta de la entrada de phoebe a la casa, estaba demasiado ocupado gritándole al arbitro. Por la derecha se encontraba la cocina, distinguible por el color amarillo claro en las paredes, y al final de la misma se encontraba otro pasillo con la base de las escaleras, Phoebe las subió.

Gerald paladeaba en bicicleta asía la casa del Sr. Simmons, en el camino se preguntaba, que tanto tenia que decirle sobre lo escuchado de su mejor amigo, era obvio que las intenciones del maestro no eran malas, pero el tendía a sobre exagerar las cosas, además Arnold le conto todo de manera confidencial, y no podía traicionar a su amigo. Llego a la conclusión de que lo mejor era solo decirle que se sentía un poco alterado por sus padres, pero que ya se sentía mejor, no era mentir y al mismo tiempo respetaba la privacidad de su amigo.
Llego a la casa de su profesor, un lugar pequeño, de color rojo, y con un patio abundantemente verde, manchado de diversos colores, fruto de las flores que el Sr. Simmons plantaba constantemente, pues junto a la poesía la jardinería era su pasatiempo preferido. Bajo de la bicicleta, la dejo a un costado de la reja, y toco la puerta. Al poco tiempo, el a pasible director abrió la puerta.
El Sr. Simmons, que tenia cerca de 30 años, ya estaba muy calvo para su edad, y solo le restaba cabello de color amarillo fuerte alrededor de la nuca, de tez blanca y rostro amable, tenia la clásica forma de vestir del maestro de los años 50’s, con una camisa blanca debajo de un chaleco de lana de color verde opaco.
-¡Ho! hola Gerald, que sorpresa verte por aquí. – En la voz del profesor se distinguía su normal tono apacible, aunque algo desconcertado.
-Bueno señor, después de todo usted me pidió que instigara que es lo que le sucedía a Arnold- Respondió Gerald, sin darle demasiada importancia a lo que decía.
- ¡ha claro!, eso, discúlpame, después de que terminaron las clases me puse a trabajar en la organización del concurso de ensayos del que les hable en las clases, y casi me olvido por completo de Arnold. - El Sr. Simmons estaba claramente sorprendido por haber olvidado el asunto. - ¡Por dios que modales los míos! Pasa por favor Gerald- Dijo todavía mas exaltado
Gerald entro en la casa, por dentro esta estaba pintada con color azul claro, y de las paredes colgaban infinidad de retratos de los familiares del Sr. Simmons entre otros cachivaches que el profesor había conseguido con los años. Pasaron a la sala de estar, la habitación mas iluminada de la casa, en ella había dos sillones uno grande para tres personas y uno mas chico solo para dos, eran de color blanco, y parecían recién comprados, estaban ubicados alrededor de una mesa para café echa de caoba, para sorpresa de Gerald no había un televisor en la habitación, en su lugar, en un rincón se encontraba un librero lleno de libros que claramente eran de poesía.
Gerald se sentó en el sillón chico, y el Profesor en el más grande.
-¿bien Gerald, sabes que es lo que le ocurre a Arnold?- pregunto el profesor con un claro interés en el tema.
-Bien parece que se sentía un poco mal, respecto a sus padres. Resulta que hace poco descubrió un poco de su pasado y pues lo deprimió un poco. Pero por favor ya no se preocupe mas, después de que hablamos recupero mucho de su animo, creo que dentro de poco estará bien de nuevo.- Respondió el chico, con mucho cuidado de no mencionar mas de lo debido.
El profesor, se pregunto por el pasado de los padres de Arnold, pero considero que era demasiado personal, y que no debía involucrarse en el asunto más de lo debido
-bueno, en ese caso creo que lo mejor para hacer que se mejore, es distraerlo con otros asuntos, me parece que tengo el proyecto perfecto para eso.- el rostro del maestro reflejaba entusiasmo mientras hablaba.- Creo que seria buena idea que Arnold, ¡no!, la clase, participe en el concurso de ensayos que les mencione durante las clases, eso mantendrá a Arnold pensando en oras cosas, y ayudara a que se mejora. Además tal vez hasta ganemos, el premio para el primer lugar Nacional es un viaje para toda la clase al país que prefiera el ganador – el profesor mostraba cierta esperanza de que la victoria fuese posible, aunque igualmente se detectaba un tono sarcástico respecto al tema
En cuanto Gerald, escucho sobre el premio, supo que Arnold participaría, aunque no por eso dejaría de pensar en sus padres, era claro, que el decidiría ir a San Lorenzo, Pero no podía mencionárselo al Sr. Simmons
-Creo, que es buena idea. Bueno tengo que irme, mis padres me esperan para la cena- Aunque en realidad no estaba convencido del asunto,
-oh, claro Gerald, lamento haberte echo venir hasta acá.- Dijo Simmons con su habitual amabilidad
-No hay problema señor- Dijo Gerald mientras salía por la puerta principal.
Sin embargo, mientras el joven estudiante montaba su bicicleta hacia su casa no podía evitar preguntarse: ¿Qué pasaría si realmente ganaba Arnold el concurso?

En el interior de su habitación, cerrada con llave, Helga se encontraba encerrada en el armario, igualmente cerrado con llave, el interior del mismo daba la impresión de ser un templo mas que un armario. En el centro se encontraba un altar adornado con fotos , mechones de cabello, y velas aromáticas, en el centro del mismo destacaba un busto, echo a mano por la misma Helga, era un busto de Arnold, su amor secreto, su única pasión, aquel por el que había llenado centenares de libretas, con poemas en su honor. El busto estaba conformado por un cuerpo de cartón, y la cabeza formada con un antiguo balón de football, el cabello estaba representado por plumas de diversos colores y el rostro por pinturas que parecían rupestres
-¡Ho Arnold! ¿Por qué tu entre todas las personas se encuentra hoy tan tiste? ¡Tu símbolo de la bondad, y el Amor mas puro y sincero que hay en mi corazón¡- Decía Helga como si estuviese declamando una poesía en prosa- ¡Pero no te preocupes mas, amor mío, que juro por este amor que encontrare la forma de ayudar¡ ¡y tal vez, un día no muy lejano sea capaz de decirte todos mis verdaderos sentimientos¡ ¿Pero? ¿Serás capaz de aceptarme? Después de todo lo que te e echo.
En ese momento escucho que alguien tocaba la puerta, y se detuve en súbito, se apresuro a esconder todo lo que contenía el closet detrás de unos abrigos viejos y montones de cajas.
-¿Quién es?- grito enfadada.
-Soy yo, Phoebe- contesto su amiga desde detrás de la puerta.
Helga le abrió la puerta y le permitió entrar a su habitación.
-¿Y bien? ¿Qué conseguiste?- Pegunto Helga bruscamente
-Vine a decirte lo que averigüe sobre Arnold, aunque aun no entiendo por que es que es tan importante que lo averigües.- ella sabia la respuesta, e incluso sabia que Helga evadiera la pregunta, creyó que era necesario formularla
- ah pues… digamos que le debo un favor al cabeza de balón – respondió Helga sin mostrar demasiada importancia al asunto, aunque por dentro temió que Phoebe averiguara su secreto.
Se sentaron en la cama e Helga la cual era de un tono azul claro que combinaba con el resto de la casa. Durante un tiempo Phoebe solo se dedico a contarle a Helga lo que había escuchado en el patio de la escuela, mientras Helga se limitaba a escuchar atentamente con una ocasional cara de sorpresa. Una vez la niña término de contar la historia la otra exclamo.
-¡conque es eso lo que le ocurre al chico! Bueno ahora solo debemos encontrar una forma de ayudarlo
-De hecho Helga, creo que tengo una idea, aunque en realidad es algo extravagante.- Dijo Phoebe un tanto desconfiada de su propio plan.
-bien ¡pues habla!- Grito Helga aparentando estar enfadada, aunque no era a si pues no creía que algo que saliera de la cabeza de su amiga pudiese ser un disparate.
-Bueno ¿Recuerdas el concurso de ensayos, del que hablo el Sr. Simmons? Pues el me conto que el premio para el ganador a nivel nacional era un viaje para cualquier lugar del mundo, para toda la clase en que se encontrara el ganador. Creo que si ganamos podríamos ir a San Lorenzo, aunque no es nada fácil por supuesto.
- ¡Pero claro! es perfecto, Phoebe tu eres la única de la clase que podría ganar, debes esforzarte al máximo, luego inventaremos una excusa de por que elegiste precisamente ir a ese país. ¡Si Arnold tiene realmente alguna posibilidad de encontrar a sus padres, y descubre que es gracias a nosotras, entonces el se enamo…! ¡Se alegrara, y le pagare el favor¡- Helga estaba tan exaltada que por un momento se había olvidado de la presencia de Phoebe y hablo con su tono soñador y poético, pero recupero rápidamente la razón.
- ¡Espera Helga, no crees que es demasiado, realmente no creo que podamos llevar a cabo este plan!- Phoebe se mostraba claramente arrepentida de haber dicho su idea
-¡Claro que podemos! ¡Mas bien, puedes!, yo no podre escribir un ensayo como tu lo harías, pero de seguro ganaras si haces un trabajo a tu nivel acostumbrado.
- Esta bien, después de todo yo también le debo varios favores a Arnold.- fue la respuesta final de la inteligente niña, había aceptado sobre todo por su lealtad a Helga, y por recordar las diversas ocasiones en que Arnold le ayudo
Después de tomada la decisión, Phoebe le dijo a Helga que debía ir a su casa, esta la acompaño a la puerta y la despidió. Corrió directamente a su armario, tenia que admirar a su amado, si todo salía como planeaba, Arnold al fin seria suyo, después de todo ¡Un país exótico puede ser muy romántico!




pd: lamento la tardansa